LA CASA INVISIBLE SE QUEDA

15paris[Publicado originalmente en Diagonal]

Comienzo a escribir este artículo el 28 de diciembre, Día de los Inocentes, recién llegado a Málaga tras una estancia navideña en el pueblo de mi familia, y aún me parece todo una broma. El Ayuntamiento de Málaga, valedor inquebrantable de las cofradías y la Semana Santa, ha elegido una fecha tan cristiana como la Navidad para incurrir en algunos pecados capitales: la avaricia, la envidia y, sobre todo, la soberbia. En otras palabras, en su particular descenso a los infiernos, previsto para el próximo mes de mayo, el PP malagueño ha hecho política asentada en el refranero español, de nuevo con reminiscencias católicas: «Para lo que me queda en el convento, me cago dentro». Así que la víspera de Nochebuena tuvo la ocurrencia de enviar un contingente policial a la Casa Invisible, sin aviso previo a ninguno de sus representantes, y proceder a su cierre.

Un informe de Urbanismo había dictaminado que algunas instalaciones de la Invisible no se adecuaban a la normativa prevista para actividades de libre concurrencia. Aprovechando que el Pisuerga ahora pasa por Málaga, el Ayuntamiento decidió que, ya puestos, en lugar de obligar al cese temporal de actividades de libre concurrencia, mejor cerraba y desalojaba en ese momento toda la Casa, que en Navidad seguro que a la gente le daba pereza defender lo suyo. Ya digo, la soberbia.

La penitencia le ha venido en forma de una movilización social y repercusión mediática que le va a agriar las uvas. Para empezar, al día siguiente, después de que una rueda de prensa se convirtiera en una espontánea concentración, el cordón policial accedió a disolverse y la Invisible volvió a abrir sus puertas bajo el compromiso de no realizar actividades de libre concurrencia hasta solventar los asuntos técnicos pertinentes. Vale, de momento no hay muestras teatrales, jams, conferencias públicas, exposiciones, mercadillo navideño, etc. Seguir leyendo «LA CASA INVISIBLE SE QUEDA»