«El trabajo desarrolla y perfecciona las aptitudes del individuo. Cuando se desarrolla de acuerdo con los gustos e intereses del trabajador, es una fuente de satisfacción y estímulo, es decir, una fuenta de realización personal.
Sea grato o ingrato el trabajo que realizamos, siempre debemos aceptarlo como un reto que nos obliga a capacitarnos y exigirnos una verdadera ética profesional».
Sociedad 8, Educación General Básica (Santillana, 1985, citado por Pablo Gutiérrez).

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