A veces, uno todavía se emociona, se vuelve a ilusionar, recuerda otra vez por qué lleva tantos años formando parte iniciativas colectivas, de movimientos sociales. Por qué lleva tanto tiempo sabiendo que sí se puede.
Hace tres años, el 15 de mayo de 2011, comenzó el principio del fin. Desde entonces es evidente que la máquina que mantiene la agonía del Régimen del 78 va a ser desconectada más pronto que tarde. La herida es mortal, la crisis de representación no se cura con remedios de la marca Borbón, ni con médicos guapos y apuestos salidos de las catacumbas de Caja Madrid.
Hoy, en mi ciudad, ha nacido Ganemos Málaga, tras un proceso difícil, pero bello y emocionante. No es este lugar para extenderme, ni para analizar la situación actual, pero sí para que deje constancia de la alegría que hoy comparto con tantas y tantos otros malagueños.
Aquí enlazo el llamamiento, que en unas pocas horas está recibiendo una avalancha de adhesiones.