Es probable que usted, comprensiblemente, esté harto o harta del PP o del PSOE. Es más, es incluso probable que tenga intención de no votarlos en las próximas elecciones generales, previstas para dentro de un año. Tal vez haya ido usted más lejos, y su pensamiento sea el de votar a Podemos. Quizás usted no lo sepa, aunque desde el pasado dos de noviembre no tiene excusa para no darse por enterado: usted es tonto, o tonta. Y no lo digo yo: lo dice el diario El País.
Ese domingo abría su edición con una encuesta -muy parecida a la posterior del CIS- según la cual Podemos se ha convertido en la primera fuerza en intención de voto, y acompañaba esos resultados con un editorial donde trataba de explicarnos a qué se debía semejante viraje. En realidad, trataba de explicarle a usted que es tonto. Se lo resumo.
El País venía a contarle algo de lo que usted probablemente no se había enterado: en España hay un poco de corrupción política, casi siempre relacionada con el PP o el PSOE. Usted, que hasta ese momento no sabía que era tonta, ha sufrido un legítimo calentón, y aún obnubilada y sin tiempo para serenarse, ha soltado por esa boquita la primera ocurrencia que le ha venido, como por ejemplo que votará a Podemos. Por mucho que El País le diga en su editorial que eso es de tontos, debe tener en cuenta que se trata de un medio progresista y, por tanto, no le condena a pesar de toda su tontería. Como a los niños, a usted simplemente hay que explicarle lo que está mal y lo que está bien, bonito.
Está bien que se haya enfadado, pues papá se ha equivocado en unas cuantas cosas y usted tiene derecho a patalear, pero está mal que vote a partidos que no vienen del Régimen del 78. ¿Por qué? Porque son vendedores de humo, no como Rajoy o Pedro Sánchez, que si dicen que van a acabar con el paro, la corrupción y los recortes, hay motivos de sobra para creerles.
A El País no se le ha ocurrido pensar que usted ha hecho un ejercicio de razonamiento, que después de sopesar varias alternativas ha llegado a conclusiones sobre qué puede o no votar para mejorar su sociedad, que ha escuchado a los principales líderes políticos y les ha dado credibilidad o no. No se le ha ocurrido pensar que existe la improbable opción de que usted haya sopesado las acciones de unos y otros, que las haya discutido, que además se haya informado por varios medios y, en consecuencia, haya decidido en pleno uso de sus facultades mentales. No se enfade, es cierto que cuando usted votaba PP o PSOE El País sí le presuponía cierta inteligencia, pero es que ahora una coleta le ha hipnotizado como si fuera la serpiente de un encantador.
De verdad, usted no se enfade, porque si El País no puede imaginar nada de todo eso se debe únicamente a que significaría que usted no es tonto, y reescribir un editorial, y más en domingo, da mucha pereza. Además, y aun peor, significaría no solo que los partidos de Régimen se han pasado un poquito de la raya y que ya no le representan, sino que cabe la remota posibilidad de que Podemos haya hecho algo bien y, por extraño que parezca para una tonta, usted se ha dado cuenta.
Así que entre usted en razón, tómese una tila y recapacite. Si las cosas no van como usted cree que podrían ir, culpe de todo a Yoko Ono y si le llaman para una encuesta conteste como debe, como le ha dicho El País que lo hacen los ciudadanos inteligentes. Diga PP o PSOE. Son tan tontos que igual hasta se lo creen.